Hacia una filosofía de la fotografía
Capítulo 1
El libro aborda el tema de la imagen como un concepto subjetivo, alejado de la técnica como la única herramienta para alcanzar un fin. Aquí se involucran los aspectos intangibles del fotógrafo como los sentimientos, el estado anímico, la búsqueda por la armonía en sí mismo. La imagen se traduce en hechos, situaciones que han sido vividas, y capturadas por el ojo y la mente de quién oprime el obturador.
El autor menciona que el acto de mirar implica percibir y reconocer la imagen, y darle sentido, dotarle de significado; es por ello que la imagen establece una relación espacio-tiempo para situarse en un contexto. Las personas se apropian de las imágenes y de sus connotaciones; así es como el lenguaje y la imagen adquiere también una estrecha relación, manteniendo siempre la clara diferencia de que la escritura conceptualiza lo abstracto, y la imagen puede hacer lo contrario ayudando a que el texto sea más reconocible, mejor interpretado. Sin embargo las imágenes pueden comunicar sin ayuda del texto, pero con la uso adecuado del texto, éstas adquieren mayor comprensión.
Estamos de acuerdo con el autor en la parte donde menciona que la relación entre las imágenes y el espectador crea una especie de pantalla, es un muro que separa al hombre de la realidad, pero lo acerca a otra realidad inmersa en la imagen. Si a esto le sumamos el uso de la escritura nos enfrentamos a dos planos diferentes; por un lado el proceso de abstracción y decodificación, y por el otro el placer de contemplar una imagen.
Podemos concluir que el reconocimiento de los elementos técnicos (ya se la línea, plano, profundidad, iluminación…) adquieren una nueva dimensión al ser interpretadas, construyendo conceptos e idealizando al mundo.
Escrito y redactado por: María Paz y Rocío.
Bibliografía: “Hacia una filosofía de la fotografía”. Vilém Flusser
Capítulo 1
El libro aborda el tema de la imagen como un concepto subjetivo, alejado de la técnica como la única herramienta para alcanzar un fin. Aquí se involucran los aspectos intangibles del fotógrafo como los sentimientos, el estado anímico, la búsqueda por la armonía en sí mismo. La imagen se traduce en hechos, situaciones que han sido vividas, y capturadas por el ojo y la mente de quién oprime el obturador.
El autor menciona que el acto de mirar implica percibir y reconocer la imagen, y darle sentido, dotarle de significado; es por ello que la imagen establece una relación espacio-tiempo para situarse en un contexto. Las personas se apropian de las imágenes y de sus connotaciones; así es como el lenguaje y la imagen adquiere también una estrecha relación, manteniendo siempre la clara diferencia de que la escritura conceptualiza lo abstracto, y la imagen puede hacer lo contrario ayudando a que el texto sea más reconocible, mejor interpretado. Sin embargo las imágenes pueden comunicar sin ayuda del texto, pero con la uso adecuado del texto, éstas adquieren mayor comprensión.
Estamos de acuerdo con el autor en la parte donde menciona que la relación entre las imágenes y el espectador crea una especie de pantalla, es un muro que separa al hombre de la realidad, pero lo acerca a otra realidad inmersa en la imagen. Si a esto le sumamos el uso de la escritura nos enfrentamos a dos planos diferentes; por un lado el proceso de abstracción y decodificación, y por el otro el placer de contemplar una imagen.
Podemos concluir que el reconocimiento de los elementos técnicos (ya se la línea, plano, profundidad, iluminación…) adquieren una nueva dimensión al ser interpretadas, construyendo conceptos e idealizando al mundo.
Escrito y redactado por: María Paz y Rocío.
Bibliografía: “Hacia una filosofía de la fotografía”. Vilém Flusser
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