miércoles, 23 de septiembre de 2009

Penélope Gómez

Las imágenes tradicionales son abstracciones del mundo, fenómenos, abstracciones de primer grado. Las imágenes técnicas son aquellas que son captadas por un aparato pero que además nos significan conceptos. Pareciera que pertenecen al mismo nivel de realidad del que fueron tomadas, que son indicios del mundo. No significan el mundo, son producto de un código realizado por el ejecutante del aparato que las captura, del creador de una imagen técnica. Por ello, para entender o descifrar una imagen se tendría que entender, decodificar todo ese proceso de significación que ocurre en la cabeza del ejecutante de la cámara fotográfica, por ejemplo.

Las imágenes técnicas son propuestas buscando una reintegración del individuo común a la vida diaria, aquél individuo que no puede descifrar textos dirigidos a intelectos complejos y cuyo único camino para hacerlos “imaginables”, entendibles es la decodificación de la imagen pero además, para otorgar esa “magia” de la que carecen los textos baratos a los que son expuestos.

Sin embargo, al paso del tiempo, las imágenes técnicas han dejado de funcionar como reintroductorias de las imágenes tradicionales y ahora las sustituyen, creando en el individuo una falsa idea del mundo, y que decir de descifrar los textos dirigidos a “intelectuales” muy al contrario, pareciera que se tratase de una traducción fiel de ellos, haciéndolos igual de complejos o incluso más complejos que el texto mismo.

Es así entonces como las imágenes técnicas no sólo no cumplen el cometido para el que fueron creadas, sino “roban” parte de esa magia del instante de las otras imágenes para convertirse entonces en un acto perpetuo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario